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Mostrando entradas de julio, 2025

Pagamento de reconciliación con el Corazón del Mundo.

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Pagamento de reconciliación con el Corazón del Mundo. Por: Rafael Gómez Llinás Cinco siglos después, en el mismo lugar donde los galeones rasgaron el horizonte de la bahía con sus velas desplegadas como alas de presagio, los hijos de estas tierras, los herederos de los Mamos antiguos, se reunieron nuevamente. El sol nacía con lentitud sobre la Quinta de San Pedro Alejandrino, ese umbral donde la historia republicana y la memoria ancestral se rozan como hojas en el viento. Era 29 de julio, día de pagamento. La Sierra, que nunca duerme, había enviado a sus portavoces: el Mamo Mey-Jawin, del linaje Busintana, portaba la palabra de la montaña, tejida en el hilo fino de Aluna. Junto a él, otros Mamos descendieron desde las alturas para cumplir con el acto sagrado: alimentar con pensamiento, palabra y ofrenda los sitios de poder que mantienen el equilibrio de la Tierra. Frente a ellos, no estaban solo los hijos del Caribe. Habían llegado hombres y mujeres de otros linajes, algunos descendien...

Santa Marta, 500 Años de Luz, Memoria... y Aluna

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Santa Marta, 500 Años de Luz, Memoria... y Aluna Por. Rafael Gómez Llinás Cuando en julio de 1499 Alonso de Ojeda, en compañía del gran navegante Américo Vespucio, al mando de unas naves invasoras, aquellos extraños galeones que, como salidos de otro tiempo, cruzaron a babor el Caribe tras sobrepasar las latitudes del rosario de islas de Barlovento, con rumbo, sin saberlo todavía, al Corazón del Mundo, inexplicablemente, en ese mismo momento, sobre unas viejas terrazas de piedra, un anciano Mamo Tayrona profetizaba sobre el cúmulo de acontecimientos que habrían de sucederles a las gentes de estas tierras, el día en que aparecieran en el horizonte rojo fuego de la bahía, esas mismas Naos con las velas desplegadas, más grandes que las casas ceremoniales. Habló de hombres nuevos, metálicos, montados sobre bestias nunca vistas, con varas que retumbaban más altas que el trueno y con hojas brillantes como el sol que cortaban de un tajo el pensamiento, la carne y las ideas.  Habló y profe...