Pagamento de reconciliación con el Corazón del Mundo.
Pagamento de reconciliación con el Corazón del Mundo. Por: Rafael Gómez Llinás Cinco siglos después, en el mismo lugar donde los galeones rasgaron el horizonte de la bahía con sus velas desplegadas como alas de presagio, los hijos de estas tierras, los herederos de los Mamos antiguos, se reunieron nuevamente. El sol nacía con lentitud sobre la Quinta de San Pedro Alejandrino, ese umbral donde la historia republicana y la memoria ancestral se rozan como hojas en el viento. Era 29 de julio, día de pagamento. La Sierra, que nunca duerme, había enviado a sus portavoces: el Mamo Mey-Jawin, del linaje Busintana, portaba la palabra de la montaña, tejida en el hilo fino de Aluna. Junto a él, otros Mamos descendieron desde las alturas para cumplir con el acto sagrado: alimentar con pensamiento, palabra y ofrenda los sitios de poder que mantienen el equilibrio de la Tierra. Frente a ellos, no estaban solo los hijos del Caribe. Habían llegado hombres y mujeres de otros linajes, algunos descendien...