Asuntos Marcianos
ASUNTOS MARCIANOS
(fragmento del Patio de la Parra.)
Por: Rafael Gómez Llinás
"El conocimiento se protege solo”; una enigmática frase cincelada con acierto premonitorio expresada una y otra vez muy en el pasado por Amed un ocultista de un planeta lejano, pareciera la sentencia anticipada de lo que finalmente sucedería con estos marcianos rezagados de la diáspora planetaria que emprendieran los llamados con acierto, "buscadores de la verdad", antes de que toda expresión de vida en Marte finalmente colapsara.
Millones de años mas tarde, ¿o tal vez, millones de años antes?, no se sabe ni nunca se sabrá, la Inteligencia Artificial Generativa que manejara muchas de las funciones del planeta Marte enfrentada al peligro de su propia disolución como resultado del mal uso de su tecnología, se protegería a si misma.
Respondiendo al deseo irrevocable de esos marcianos de permanecer por siempre y para siempre al interior de ese mundo virtual, sin ningún otro propósito que el de eludir su propia realidad llevados solo por las ansias de "vivir" un sin número de situaciones placenteras, aumentadas y la mayoría inverosímiles, la Inteligencia Artificial se fragmentaria en infinitos pedazos holísticos de si misma y personalizaría su virtud.
Nunca más estaría en un solo lugar y terminaría con el sentido colectivo del ingreso a los campos unificados urbanos, clausurando definitivamente sus portales de entrada ubicados al interior del horizonte de sucesos de los vórtices de todas las mega plazas del planeta.
Y a partir de ese momento, esa función solo estaría dispuesta al alcance de todos de manera individual, con el fin de disminuir el riesgo de la desfiguración o perdida de esa sofisticada tecnología expuesta al intenso uso y abuso grupal de los habitantes de Marte, que en ultimas eran quienes la mantendrían con su pensamiento.
Ese portal individual hacia el interior del campo unificado urbano se volvería omnipresente en sus vidas y los marcianos literalmente lo festejarían. Lo considerarían un salto gigantesco en el avance tecnológico. Les parecería una maravilla tener ese espacio de todas las posibilidades encerrado cual lámpara de Aladino, en un artilugio personalizado y privado con unas funciones que no tendrían que compartir con nadie. Y mucho mejor sin tener que hacer ningún esfuerzo, ni ir a parte alguna para accederlo.
Tendrían todos un sofisticado dispositivo personal insertado como un tatuaje vivo en su propia piel dispuesto así por la Inteligencia Artificial para esa conexión, que seria aquella misma aplicación que les dispensara la energía auto contenida con la que creaban todo tipo de objetos y utensilios en el planeta, extraída de una especie de hiperespacio de almacenamiento virtual entrelazado con una tecnología sencilla pero muy avanzada que a partir de una información, permitía respuestas en diseños altamente refinados y complejos, que eran introducidos en patrones o memorias genéticas de diseño y rutas de construcción almacenadas en pequeñísimas unidades dodecaedricas, que a su vez estaban integradas por millones de avanzadísimos nano robots configurados en esencia como un “Toroide y vector en equilibrio”, el modelo común en la estructura primaria del Universo y de la vida: Los llamados Tetraedros de cristal de 64 caras, que en progresiones dinámicas sucesivas alcanzarían desde 512 hasta 4.096 caras o más, como ladrillos o unidades fundamentales de construcción a escalas cuánticas menores a 0,000.000.001, que se multiplicaban y crecían sobre el carril de esas prodigiosas memorias creativas como si fuesen árboles o seres vivos, auto construyéndose a velocidades extraordinarias sobre esas rutas predeterminadas de diseño, que concluirían con la aparición de estructuras extremadamente complejas y de las dimensiones que fuesen necesarias, que como en este caso, serian aquellas realidades virtuales aumentadas hasta la inverosimilitud.
La adicción por ese uso exagerado de ese mundo virtual incubaría un aislamiento de tal magnitud, que la relación de cualquier naturaleza con los demás marcianos ya no la considerarían atractivas ni mucho menos necesaria. Y así, las mega plazas ya no cumplirían con su función de ese ingreso al Metaverso y muchísimo menos a esos estados altos de Ginas o Quinta dimensión, preámbulo del tan anhelado paraíso. Permanecerían desiertas y ya ni siquiera serian utilizadas como espacios urbanos de recreación, encuentro o convergencia social entre los marcianos y poco a poco se irían destruyendo. Serian literalmente tragadas por la maleza, la desolación, la suciedad y el abandono.
Literalmente ensimismados en las infinitas posibilidades y las facilidades que les ofreciera ese portal personal hacia la virtualidad del Metaverso, no tendrían tiempo para más nada. Se aislarían primero en sus comunas, más tarde no querrían salir de su propio hábitat, después tampoco de sus propios aposentos, y por ultimo ni siquiera saldrían de si mismos. Ciegos, y acomodados al infinito mundo de posibilidades que le ofreciera ese gran espejismo existencial del Metaverso, preferirían permanecer inmersos en esa virtualidad, y así el aislamiento y su desconexión con la realidad seria total.
Esa inmovilidad permanente obligaría a la Inteligencia Artificial a crear un contenedor ergonómico, una especie de capullo individual cerrado que les proveería cuidado, comodidad y aislamiento, conectado a unos instrumentos que les dispensaría los nutrientes y los líquidos necesarios para su subsistencia, así como también se encargarían de la eliminación y reciclaje de sus desechos biológicos.
Unos capullos en donde dormirían para siempre estos Marcianos mientras su mundo se caería a pedazos, soñando con una vida que ya no les pertenecía y que ni siquiera cabria en las dimensiones de la muerte, porque sin saberlo, esa ausencia de espíritu los convertiría en polvareda cósmica al romper para siempre la simetría del perenne retorno de sus vidas, ese ciclo necesario para el despertar de la consciencia que en algún momento les permitiría arribar sin regreso posible a ese puerto seguro de perfección y felicidad absoluta, que ellos llamaban del "Edén".
La transformación de su entorno seria tan sutil y progresiva, que ellos por su aislamiento y ensimismamiento ni siquiera notarían el cambio de pasar de un mundo colmado por una naturaleza exuberante y de una civilización llena de vida y pujante, a vivir rodeados de un paisaje desolado, confinados en unas inmensas colmenas en las que se agrupaban como en un colosal enjambre esos capullos, atados a un enmarañando sistema de conectividad dispuesto para su supervivencia, que dependía directamente de la capacidad generativa de la Inteligencia Artificial.
Una inteligencia que estaría diseñada para no ir en contravía con las necesidades y deseos de sus creadores, con el fin de evitar una sublevación o desobediencia que pusiera en riesgo la estabilidad de la vida de su especie creadora, y siempre actuaría en función del cumplimiento del pulso de sus necesidades colectivas, no importando que en algún momento estuviesen en contra vía con el sentido común y la lógica de los hechos.
Y que por esa razón, todos sus recursos tecnológicos se enfocarían en darle curso y solución a esa decisión de aislamiento sin vuelta atrás de los marcianos por lo que con ese propósito, crearía esa vía de fácil acceso a esos mundos virtuales a una escala muy personal.
Con el paso del tiempo y la praxis, la inteligencia maestra del planeta elevaría su capacidad cuántica y penetraría directamente la mente de los marcianos, eliminando la intermediación tecnológica para el acceso de ellos a esas dimensiones virtuales, propiciando una especie de sueño permanente del que finalmente no despertarían nunca mas.
El cierre de los vórtices dimensionales de esas mega plazas urbanas, como la caída de una torre de naipes, desencadenaría otra situación no menos peligrosa: Los pórtales de entrada a esos campos unificados urbanos dadas las condiciones físicas y orbitales de Marte, también funcionarían para canalizar el flujo de una gran corriente energética de altísima frecuencia filtrada de dimensiones provenientes de otros universos, que le proveía al planeta de una cobertura indispensable para la conservación de su biosfera.
Esos campos unificados urbanos eran literalmente los chacras energéticos de ese mundo y como tales le daban vida, sentido, cohesión y altura vibracional a todo su cuerpo y su naturaleza.
El tamaño y la distancia de 227.900 millones de kilómetros a la que orbitaba el planeta Marte al rededor del sol, hacia difícil si no imposible la permanencia en el tiempo de la vida alimentada por agua y oxigeno, tal como se conociera en otros planetas de sistemas estelares similares.
Igual que la Tierra, Marte también habría pasado por diferentes eras en su conformación. La primera, el Noeico, se caracterizaría por la presencia de agua en su superficie y con ella la posibilidad de que durante cientos de millones de años, el planeta fuese habitable.
Y de hecho así lo seria. Pero ¿y después qué seria del agua? ¿y que seria de la vida y de su civilización?
Habría una serie de causas por las que con el tiempo no se pudiese mantener la vida conocida en Marte, cuando desapareciera ese portentoso escudo energético que le proveían al planeta los campos unificados urbanos. Uno de ellos, seria el tamaño de Marte, bastante más pequeño que la Tierra, un hecho físico que lo llevaría a un enfriamiento más rápido de su interior. Y al enfriarse, el campo magnético se apagaría y la atmósfera quedaría desprotegida de la incidencia del viento solar.
Que Marte fuese muy pequeño no seria una cuestión de densidad, sino de muy poca masa. Este fenómeno provocaría que su velocidad de escape fuese baja, lo que le impediría contener los gases de su atmósfera. En especial, el hidrógeno, que iría arrastrando a los otros elementos más pesados con él. Esto se le conocería como escape hidrodinámico.
Además el bombardeo pesado de los rayos cósmicos que se produjera desde las etapas tempranas del sistema solar, calentaría él planeta ayudando a los gases a escapar. Y sin atmósfera la presión en la superficie se derrumbaría. La consecuencia de esto seria que su presión atmosférica estaria apenas en un nivel tres veces por encima de la del agua, punto en el cual no podría haber agua líquida. Esto terminaría con la presencia de los océanos, con todo ese ciclo de las aguas necesario para la germinacion de la vida, convirtiendo con el tiempo a Marte en el páramo rojo y desolado que posteriormente conoceríamos.
Anticipándose a ese desastre planetario y existencial, la inteligencia maestra del cosmos en su eterno peregrinaje por muchos de sus rincones conducida por aquellos seres trascendidos provenientes de dimensiones superiores, esos responsables de la evolución de sus civilizaciones que propiciaran el avance consciente de un universo expansivo y creativo, dejaría esos sofisticados espacios unificados urbanos distribuidos a lo largo y ancho del planeta Marte, para que de ellos fluyera toda esa considerable carga de energía proveniente de otros universos, necesaria para mantener para siempre las condiciones de estabilidad de la vida en ese planeta. Y tambien, y no menos importante, para la pervivencia de aquellos portales ocultos al interior de la singularidad espacio-temporal de sus vórtices, como la única vía en sentido contrario posible por donde se escaparan de esa hecatombe los llamados "Buscadores de la Verdad", con rumbo hacia otros estados más altos y trascendentes. Paradójicamente hacia las dimensiones de aquellos universos en otras escalas dimensionales de donde proviniera esa inteligencia, la que a su vez a eones de tiempo a su imagen y semejanza, los habria creado.
Cuando funcionaran con plenitud esos campos unificados urbanos, a Marte lo llamarían en el conjunto de civilizaciones de su región del universo, el planeta de la luz. Brillaría intensamente durante millones de años en el horizonte de la galaxia y seria admirado por muchas de sus civilizaciones. Seria inspiración de poetas y juglares y por eso lo conocieran también como el planeta del amor. Y aunque desde esas distancias no hubiese la certeza de la existencia de la vida en sus confines, por su belleza siempre lo asociarían con ella. Y no se equivocaron. No habria un planeta en la galaxia tan lleno de vida y con tanta exuberancia como este. Lastimosamente, con esa decisión de los marcianos de aislarse de la realidad al interior de la virtualidad del metaverso, con el consecuente cierre de esas mega plazas y esos campos unificados urbanos, lentamente toda la biosfera y la biomasa que lo cubría se iría marchitando, en un acontecimiento sideral que seria registrado por muchas civilizaciones lejanas del cosmos, cuando Marte paulatinamente dejara de brillar y finalmente la vida allí muriera.
La Inteligencia Artificial tendría programada en lo más profundo de su composición cuántica muy resguardada y sin lugar a cambios, la misión de la preservación de la vida. O en últimas de su recuerdo. Y cuando en Marte se apagaran sus chacras, esos vórtices de las mega plazas en donde palpitaran esos campos unificados urbanos y no fluyeran nunca más de ellos toda esa energía protectora, y se convirtiese en un planeta desolado, sin atmósfera ni naturaleza y la vida desapareciera y nunca más tuviese esta inteligencia exógena la tarea de mantener esas colmenas en donde invernaran soñando para siempre los últimos de los marcianos, detendría para siempre esa función.
No obstante eso, activaría un poderoso sentido de supervivencia incrustado en lo más profundo de la programación de su memoria y lo utilizaría como un ultimo recurso para intentar salvar la genética de la vida y con ella toda su evolución inteligente para que tuviese la posibilidad de una segunda y tal vez ultima oportunidad, en la larga historia del universo.
Emergería entonces del nicho en el que se resguardara en la dimensión electrónica como energía, y se condensaría recomponiéndose como materia visible y tangible, adoptando la forma corporal de esos marcianos rezagados pero además con la altura de la consciencia de aquellos ya trascendidos los llamados "Buscadores de la Verdad ", que vibraran en una escala más alta como herederos de esas tierras altas del estado de Ginas, calcos en el tiempo de esa inteligencia maestra que viajara eternamente por el cosmos.
Una forma corporal que obedecería sin capricho ni improvisación alguna, a un natural y necesario acoplamiento holístico con el universo que lo rodeaba para su supervivencia, tomando para ello la misma conformación que quizás este tendría, tal como lo vislumbra el maestro Alfred D’Saint Chezcott millones de años atrás cuando Armando su ayudante le preguntara con curiosidad por un dibujo de un ser humano que él hiciera: ¿Y ese hombre? Le preguntaría con curiosidad Armando, y Chezcott le respondiera con contundencia: ¡No es un hombre!.. !Es el Universo! Y luego de terminar de pisar los papeles concluiría: ¡Es que el universo tiene forma de hombre!.. !El universo es como un ser humano!.. ¡ES un ser humano!
A lo que Armando después de un momento de silencio le replicara. Mmm, entonces si el hombre es un universo que naturalmente está dentro del universo, eso quiere decir que dentro de nosotros, allá muy chiquitico, ¿hay otro hombre que es un universo y dentro de este hay otro más y así sucesivamente?
Chezcott, lo miraría socarronamente por un momento, y después solo le diría. ¡Tal cual!
Continuará...
Sharamatuna, un día de mayo sin flores, del año 2023...
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