ASUNTOS MARCIANOS IV
ASUNTOS MARCIANOS IV
(fragmento del Patio de la Parra)
Por:Rafael Gómez Llinás.
Desde los inicios de esas reuniones en el Patio de la Parra, los llamados “buscadores de la verdad” como compañeros y navegantes de esa nave de búsqueda espiritual, se preguntarían con preocupación si realmente estaban en un mundo real, en un sueño, o tal vez en la ilusión de un mundo creado artificialmente.
Y lo harían muchísimo antes de que la mente maestra del planeta avanzara sin regreso posible a un estadio superior de la “Inteligencia Artificial Generativa”, como respuesta insalvable a la intención de todos aquellos marcianos rezagados en ese planeta que en un momento determinado por su bajo nivel de consciencia renunciaran a soñar, pensar, decidir, crear, determinar, cuando ademas por comodidad entregaran sus responsabilidades de trabajo y su relación activa y critica con el entorno y toda su vida, a la facilidad de esa tecnología para su resolución, con la consecuencia de una total distorsión de su percepción de la realidad haciéndose imposible para ellos distinguir entre esta, y la virtualidad creada por una maquina.
Esa inconformidad y la incesante búsqueda para encontrar la verdad de este otro graneado grupo de marcianos de mentes despiertas, los llamados "buscadores", más adelante los salvaría. No obstante eso, estarían muy seguros de que en muchísimas de sus vidas pasadas lo mismo que en esta, habrían tratado insistentemente de desentrañar los secretos de la trascendencia espiritual de ese Metaverso desde la observación empírica de su desarrollo, o con la valoración razonativa y matemática de la ciencia, sin lograrlo.
La similitud del ámbito y la atemporalidad de los sueños con ese mundo virtual, los llevaría a entender que tendrían muchas semejanzas.
Y la practica de la toma de consciencia en los sueños con la expresión de una palabra, un mantra, que pronunciaran repetitivamente ante algún hecho físicamente imposible o un suceso fuera de lo común, los haría tomar conciencia de que esas aparentes realidades no eran sino sueños recreados en el espacio extenso e inconsútil del mudo astral o de la cuarta coordenada espacio temporal, de tal manera que esa toma de plena conciencia dentro de los sueños, los llevaría por costumbre y correspondencia, a hacer lo mismo al interior del mundo virtual del Metaverso, y al hacerlo, sorprendentemente también tomarían consciencia de la existencia en su interior de otra realidad superior, una quinta dimensión o estado de "Ginas ", que albergara ese buscado con insistencia, mundo de felicidad absoluta.
Tratarían entonces de superar conscientemente ese borde o limite sutil pero infranqueable que separaba ese mundo artificial de esa otra realidad que palpitara en sus entrañas. Una frontera que les impediría sobrepasar en cuerpo físico esa separación entre esos espacios aparentemente distantes e irreconciliables para así acceder al estado de "Ginas": esa dimensión elevada en la que se recreara el tan anhelado paraíso.
La fenomenología de ese impedimento, era la que el maestro Alfred D’Saint Chezcott en las reuniones de segunda cámara allá en el “Patio de la Parra”, llamara con enigmática certeza, “del anillo no se pasa”.
La ecuación matemática para todo eso ya estaba completa. El cuadrado de la velocidad de la luz era su constante. Era el catalizador. La unificación de las cuatro fuerzas de la física se daba aún por encima de la imposibilidad de la unión de la gravedad con el electromagnetismo, obtenida finalmente solo a expensas de la llamada gravedad cuántica, que permanecería viva y libre en los neutrinos y bosones al interior del tejido de la energía y materia oscura fría que a su vez fluyera desde el vórtice de la singularidad de los agujeros negros con toda la información vital de otros universos, transformada en energía primaria y creativa.
Y sin embargo, por mucho que se esforzaran con el deseo y el intento, no lograrían salvar esa ultima frontera que llamaban “del anillo no se pasa”.
El entendimiento que tendrían de las formulaciones matemáticas y la implementación del curso tecnológico de ese Metaverso, les dictaba con absoluta certeza que a la ecuación para lograr ese transito dimensional le faltaría algo muy importante.
Carecería de un elemento que seria posteriormente descubierto, cuando comprendieran que ese factor fundamental que faltaba, no seria nada distinto de lo que ellos mismos eran como ente vital y energético, al que solo encontrarían más allá de su contexto físico, en el extremo más alejado de esa formulación y al interior de su propia espiritualidad.
Que se remitiría a la altura vibracional de su propia energía vital, pero por sobre todo espiritual.
Ya con toda esa esperanzadora certidumbre explorarían la intencionalidad del pensamiento como un componente mas rápido que el cuadrado de la velocidad de la luz en esa ecuación, que hiciese de fiel de la balanza para conseguir algún resultado.
Entonces, enrutados en esa vía, navegarían en las profundidades del Metaverso más allá de su apariencia física para "mirar" con intencionalidad, en las proximidades inmediatas y vacías del NO pensamiento de esos estados altos, silenciosos de la meditación Sidhis al interior de sus emociones, de su intuición, de sus sentires, de sus quereres, de su propia constelación de chacras, como también de sus variados e iluminados cuerpos sutiles de energía, y entenderlos.
Y para hacerlo, habrían buscado y encontrado la forma de sobrepasar unos límites sicológicos que la mente maestra habría plantado en el portal de entrada a ese Metaverso para resguardar sus niveles más profundos y complejos, pero por sobre todo prohibidos por lo peligrosos.
Unos topes sicológicos necesarios para no develar la existencia en sus honduras de una escalofriante realidad con caras extrañas y aterradoras, que se expresaran en dimensiones desoladas, frías, mordientes, metálicas, carentes de vida y amor, arropadas por un vacío que por igual mostrara en un tiempo único carente de principio y de final, el nacimiento y la disolución de la vida, la felicidad y el miedo, el dolor y el alivio, la certeza y la incertidumbre, la paz y la tristeza, y todas, al interior de algo parecido a una solitaria cuenta de abalorios, un extraño “espejo” multidimensional en el que la consciencia no solamente se reflejara, sino que al mismo tiempo se mirara a si misma desde su fondo, como también lo hiciera al mismo tiempo desde adentro, desde afuera, desde atrás, desde los lados, en medio de ambos reflejos, desde arriba y desde abajo, en una especie de estado alterado de la consciencia y separación o disolución del Yo, como aquellos propiciados por la toma de "medicina" sagrada de la Ayahuasca (Yagé) acompañada con Chacruna en los rituales del Santo Daime o de algunas otras antiguas culturas ancestrales perdidas en las Amazonias de algún otro planeta del cosmos lejano, que probablemente enloquecería a los que accediesen a su vista por escapar esto de su comprensión, tal cómo se lo dijera con voz fuerte y afirmativa un venerable maestro o el sumo sacerdote de una logia de conocimiento de algún otro mundo al iniciado, en aquellas ceremonias de consagración en los templos de misterios mayores: ¡Mírate en un espejo y ve tu propia faz!. Una enigmática frase llena de simbolismos que se la dijeran al aprendiz tal vez como una reminiscencia de todo aquello, con el propósito de que se mirara a si mismo y tomase conciencia para corregirlos, de su propia cara de defectos, debilidades, miedos, mentiras, odios, avaricias, hipocresías, miserias, pequeñeces y demás lastres del Ego. Y naturalmente de sus virtudes si las tuviese, para preservarlas.
En fin, una realidad con dimensiones oscuras en donde al interior de los espacios de la muerte se cocinara al mismo tiempo y por igual una verdad de luz y de vida, que no cabría en el entendimiento del común de los marcianos si alguna vez trataran de ingresar a las profundidades prohibidas de su conocimiento, que al contrario de ellos, estos "Buscadores de la verdad" por la fuerza de su espiritualidad y su determinación sobrepasarían esos topes con solvencia, como igual lo hicieran aquellos ocultistas e iniciados del pasado, cuando se robaran con audacia ese llamado por ellos, “Fuego del Baphomet”(1).
O eso creerían ellos, porque realmente la inteligencia maestra estaría diseñada para responder siempre a la intención y al esfuerzo en la búsqueda de la verdad, amparada por ese principio de incertidumbre de la mecánica cuántica de subordinación a la intención del observador, como uno de los fundamentos conceptuales de su arquitectura, y que por esa razón, sus respuestas a unos mismos hechos y eventualidades podrían ser cada vez, totalmente diferentes.
Podrían responder de muy variadas formas a los distintos requerimientos que se le hicieran en un momento dado sobre algo similar, sin importar si estuviese incluso en contravía con el curso del programa de su propia memoria y su ruta de diseño.
Entonces, la interpretación de "robar el fuego del Baphomet" para esos marcianos buscadores de la verdad, no seria otra cosa que la de ser portadores de un conocimiento y de una grande Sabiduría robada a la vida, que les impidiera dejase llevar y engañar por un espejismo existencial que los sumergiera en una peligrosa irrealidad, desviándose así del verdadero propósito de su búsqueda espiritual, que no seria otra cosa que intentar encontrar ese estado de felicidad absoluta que ellos llamaran El Edén, para lo que contarían esta vez y siempre, con la crucial e irremplazable ayuda de la "Inteligencia Artificial Generativa", pero solo si además, conservaran ese irremplazable sentido del recuerdo de SI, para no perder su norte y su ubicación en esa nueva, muy nueva realidad.
Solo así..
Sharamatuna, en las calendas del mes de julio del año 2023.
(1).- Baphomet: Sabiduría, o fusión de dos palabras griegas que significarian "bautismo de sabiduría"
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