El Meridiano Cero. (El morro de la bahía de Santa Marta)
El Meridiano Cero.
(El morro de la bahía de Santa Marta)
Por: Rafael Gómez Llinás.
Los hechos narrados a continuación, fueron extraídos en su totalidad de la realidad. Realidad que en estas tierras benditas, supera muchas veces a la más demente imaginación.
El morro de la bahía de Santa Marta, "Katiw Morou" para los Arhuacos y "Nuyua Meya" para los Koguis, donde habita "Mulkwekue" padre ancestral del conocimiento y la sabiduría, es además el meridiano cero del círculo de pensamiento del Corazón del Mundo.
Corrían los días estivales del año 2002. En una de esas tardes luminosas, uno de los miembros del grupo Ariadna, ( no falta quien diga que es una Nao) tuvo un encuentro con el Mamo Tímako en la terraza del restaurante vegetariano de la fundación Narayana, en la carrera 6 #18-15, del Centro Histórico de Santa Marta. En ese encuentro, el Mamo le dijo que estuviese atento a un sueño que tiempo después tendría con él.
Casi Dos años más tarde, efectivamente el Mamo Tímako se le aparecería en sueños y le diría: Hermano William, con tus compañeros debes ir al cerro que ya sabes, y en uno de los sitios que te han mostrado quienes ya tú sabes y que tal vez no recuerdes, tienen que hacer un pagamento y una petición. Y deben hacer otro similar en el Morro de la bahía: En Katiw Morou, el meridiano cero del círculo de pensamiento del Corazón del Mundo. Luego de eso, un tercer pagamento en una cueva que está horadada en la punta del cerro de “la gloria”.
En ese mismo sueño el anciano Mamo le daría a William las indicaciones para hacerlos. Timako le dijo además que los Mamos sabían del mensaje que él ya había recibido una noche hacia ya algún tiempo en medio de una meditación que hiciera con su grupo. Y que desde esa vez estaban trabajando espiritualmente para que se concretara lo que allí le habían indicado.
William en medio de ese sueño, recordaria con claridad el mensaje recibido aquella noche a la que refiriera el Mamo Tímako: Seres de luz provenientes de la Pléyades, los ascendientes de los Mamos más antiguos habían hecho contacto con él en el espacio de su mente abierta con plenitud en esa meditación. En esa “iluminación” de sus mundos internos y de su memoria más antigua le habían mostrado esos mismos sitos. Y le habían explicado su importancia. Y todo lo que tendría que hacer allí le sería develado en el momento indicado.
El sueño con el Mamo Tímako fue la señal de que ese momento había llegado. Y además, en ese contacto en el mundo Astral con el Mamo había comprendido, más bien había recordado, la totalidad del mensaje que le habían dado aquella otra noche en medio de la meditación: Una mujer muy bella, rubia, alta, resplandeciente, que se había adelantado de entre el grupo de unos seres de luz que lo rodearon, le dijo con voz suave y pausada: “William debes hacer un pagamento, una ceremonia, en estos sitios que te mostraré”. Luego hizo un movimiento circular con su mano derecha y aparecieron de la nada, el Morro de la bahía de Santa Marta; el cerro del Cundí, una elevación rocosa a pocos kilómetros de esa bahía, y el cerro de la Gloria que confina el extremo norte de la bahía abierta de bello Horizonte.
“Con estos pagamentos le darás con tus compañeros inicio otra vez desde el morro de la bahía, al movimiento del gran Círculo de Pensamiento del Corazón del Mundo. Movimiento que permaneció detenido durante más de 500 años".
“Después sabrás porqué ese movimiento que se reiniciará, será necesario para salvar a la madre Seinekun”.
Luego de una pausa, la mujer solo le dijo: "Me llamo Radha y he venido durante eones de tiempo otras veces aquí, con la misión de traerles a todos la “Ley de Origen”. Ley que le da permanencia a la vida en el universo". Ese, fue todo el mensaje. Después el sueño desapareció.
Con la claridad de ese encargo y con las indicaciones dadas por el Mamo Tímako, William y su grupo se dirigieron al cerro del Cundí, y a los pocos días en una travesía marítima al Morro de la bahía e hicieron esos pagamentos tal como se lo habían pedido a William aquellos seres de luz.
Al regresar en la tarde después del agotador viaje al Morro, Rafael M. uno de los participantes, encontró en el antejardín de su casa al llegar, al Mamo Menjabin y con él, al Mamo Seukukui”. ¡Qué sorpresa! ¿Ustedes que hacen aquí? ¡vinieron sin avisar! Les dijo.
A lo que respondió el mamo Menjabin: “Seukukui desde ayer y durante toda la noche me estuvo diciendo que tenía que venir con urgencia hoy a cumplir una importante cita con ustedes en Katiw Morou, el Morro de la bahía de Santa Marta. Me dijo además que los “veía”, a todos ustedes haciendo un poderoso pagamento allí”. Los Mamos, sedientos, cansados, acusaban el esfuerzo de haberse venido desde la ciudad sagrada de Nabusimake hasta Santa Marta en un viaje incierto de nueve horas. Habían salido muy en la madrugada y acababan de llegar.
¡Precisamente acabamos de hacer una ceremonia de pagamentos en el Morro por indicaciones que le fueran dadas a William!... ¿Cómo se enteraron de eso, si nosotros no hemos hablado desde hace meses? Les dijo Rafael M. A esta pregunta el mamo Menjabin solo sonrió.
¡Debemos volver allá, mañana mismo! dijo luego Menjabin. Efectivamente a la mañana siguiente acompañados por los Mamos todos regresaron al Morro.
Apenas desembarcaron y se ubicaron en la planicie en su alto, el Mamo Menjabin visiblemente emocionado exclamó: ¡Ya lo sabíamos!... ¡Ya lo había percibido el Mamo Seukukui cuando los “vio” a ustedes en Katiw Morou!
"¡Ustedes ni más ni menos acaban de activar a Katiw Morou: el meridiano cero, donde se inicia el giro del Círculo de Pensamiento del Corazón del mundo! Le acaban de dar vida otra vez a ese poderoso campo de energía que circunda todo lo existente dentro de los límites de la Línea Negra, apagado por los Mamos antiguos desde la invasión Castellana para protegerlo". Dijo emocionado el Mamo Menjabin.
¿Fueron primero al cerro del Cundí? Preguntó el Mamo Menjabin. ¡Sí! Contestaron casi que en coro los del grupo Ariadna, desconcertados por no entender como los Mamos sabían eso. ¡Muy bien! Dijo Menjabin.
Luego sin que nadie se lo dijera, Menjabin, en la cima del Morro, se dirigió con una impresionante exactitud al mismo sitio en uno de los bordes enmontados de la inmensa planicie, donde el día anterior ellos habían hecho el pagamento.
¡Aquí lo hicieron! ¡Y aquí mismo volveremos a repetirlo! Dijo con mucha seguridad.
Luego de eso cerró los ojos. Empuño su mano derecha y por un largo rato la movió en pequeños círculos en el aire. Luego, tomaría del brazo a William y a Rafael M. y se separaría con ellos del grupo. El Mamo les hablaría y señalaría en varias direcciones, como mostrando cosas que no se veían o sitios inexistentes.
Después de eso, Rafael M. tratando de interpretar lo que les dijera el Mamo Menjabin, sacó un pequeño papel e hizo unos extraños dibujos, se los mostró, y Menjabin solo asintió con la cabeza. Después de unos minutos de dialogo, los tres se darían la mano.
En la distancia por un instante se percibiría en ese acuerdo y ese apretón de manos, el encuentro armonioso de dos mundos: La síntesis entre la realidad conocida a través de la sabiduría ancestral, la vivencia de las energías, la inteligencia emocional de los hermanos mayores, y la enorme sensibilidad, intuición y visión atemporal de William Zawady Leal, catalizadas ambas por la descripción que hiciera Rafael M. a través de esos dibujos geométricos bidimensionales de esa misma realidad, pero expresada en el leguaje de las matemáticas y la ciencia.
El morro de la bahía de Santa Marta, es el meridiano cero donde se inicia sobre la "Línea Negra", el giro del círculo de pensamiento del Corazón del Mundo.
Esa escena es la que ha debido verse hace más de 500 años con la llegada de los invasores castellanos, pero que lastimosamente no se dio. Este momento sellaría para siempre una nueva manera de ver el mundo. De entender en la intangibilidad, a la realidad…
Después, el Mamo Menjabin en voz alta les dijo a todos: ¡Muy bien hermanos, hemos visto que desde el cerro del Cundí, con el pagamento que hicieron allá, ustedes con su pensamiento "tiraron" una cuerda de energía que lo transportaba hasta el Morro, y a partir de esta trazaron un círculo! El cerro del Cundí hizo las veces de centro de ese pequeño círculo de pensamiento trazado por ustedes. Esa cuerda de energía establecería el radio de este. Ese pequeño círculo o campo unificado de pensamientos tendría como uno de sus límites al Morro. De hecho, este se encuentra en su borde, pero también en el borde del gran círculo de pensamiento. En Katiw Morou, el Morro, se tocarían el pequeño círculo de pensamiento creado por ustedes, y el gran círculo de pensamiento del Corazón del Mundo creado por nosotros los Hermanos Mayores. ¡Eso es ni más ni menos que la representación del tan esperado encuentro armonioso de nuestros dos mundos!... También Katiw Morou, el morro, sería el punto físico de encuentro de ese pequeño círculo con el gran círculo o campo unificado de pensamiento. Sería como la representación o resonancia del nudo o la pequeña cuenta en las aseguranzas, ese hilo circular de protección que colocan los Mamos alrededor de las muñecas de las personas
Katiw Morou fue “puesto” en “Aluna” por los Mamos más antiguos, con una intención: Para que hiciera las veces de pequeña cuenta o nudo en el gigantesco hilo circular de protección de “La Línea Negra”: La que confina al gran círculo de pensamiento y de pagamentos que rodea a toda la Sierra Nevada de Santa Marta, el "Corazón de Mundo".
El encuentro de esos campos haría que se desequilibrase la ecuación del círculo mayor y partiera de allí una tangente de energía que ascenderia a un círculo más grande.
En esa intersección se formaría por resonancia holística, otro círculo o campo unificado de pensamiento. Luego, con el desequilibrio de esos dos campos, partiría otra tangente, y así sucesivamente, se formaría una gran espiral de pensamiento.
El encuentro, el nudo energético y punto en común de esos dos círculos; de esos dos mundos en Katiw Morou o meridiano cero, haría que se desequilibrase la ecuación inicial, y partiera del círculo menor creado por ustedes, una espiral logarítmica ascendente de pensamiento, con una pendiente perfecta de doce grados. Un patrón filotaxi de crecimiento con la proporción Aurea, que ascendería hacia el circulo más grande tal como lo interpretara matemáticamente el hermano Rafael M: Hacia el circulo de pensamiento de los Hermanos Mayores que circunda la Sierra Nevada. Hacia otros niveles de conciencia...
Por esa misma resonancia, el gran círculo de pensamiento, haría las veces de círculo menor o pequeña cuenta de amarre, de otro mucho más grande, del que saldría otra espiral ascendente hacia un círculo o campo unificado de pensamiento mayor, y así sucesivamente ascenderían exponencialmente hasta formar una gran espiral que trascendería todos los límites y horizontes del planeta.
¡Esto sería como un mensaje con valiosa información pero también de petición de ayuda, arrojado al inmenso mar de la galaxia que navegaría dentro de una especie de botella de pensamiento!.
¡Esperemos la respuesta! Concluyó sonriente el Mamo Menjabin...
Nadie podría asegurar si eso hubiese sido así. En verdad eso nunca, nunca, se sabrá. Pero lo cierto es que a partir de ese día bajarían en masa de todos los confines de la Sierra Nevada, grupos de Mamos para hacer pagamentos en el morro de la bahía de Santa Marta: En Katiw Morou, ¡el meridiano cero del círculo de pensamiento, para darle fuerza a las pulsaciones sistémicas del “Corazón del Mundo!”
Nadie lo podría decir con certeza, pero curiosamente a partir de ese momento Santa Marta a orillas de ese meridiano cero, parecería agrandarse en importancia. Los ojos del mundo se volverían hacia ella y extrañamente surgiría de eso aquel mundialmente famoso lema: "Santa Marta, la magia de tenerlo todo".
Y las personas sensibles, aquellas con el toque mágico, sentirían que el "Corazón del Mundo" volvería a palpitar con fuerza y sus pulsos sistémicos abrirían sin dudas en esa otra realidad, la puerta de una ruta espiritual.
Se abriría la puerta de un viaje hacia el destino más alucinante de todos: El de la Ruta Interior del espíritu de los seres humanos. De aquellos que en recuerdo de SI, finalmente encuentren las luces que han de poner sobre las sombras del olvido de su verdadera misión y destino.
Después, y muy pronto, ante el inminente peligro de extinción de la raza humana por cuenta del cambio climático, se sabrá por qué y para qué después de quinientos años, aquel venturoso dia en que se hicieran esos pagamentos, se reiniciara desde Katiw Morou, el meridiano cero y sobre la “Línea Negra”, el giro en sentido positivo del "Circulo de pensamiento del Corazón del Mundo".
Con seguridad se sabrá. Será necesario.
El morro de la bahía de Santa Marta no es cualquier cosa..
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