Entre cuerdas, multiversos poblados por millardos de universos diferentes.
Entre cuerdas, multiversos poblados por millardos de universos diferentes.
Por: Rafael Gomez LLinás
¿En qué consiste la Teoría de Cuerdas?
Es una teoría que nada menos reimagina de qué está hecha la realidad: En lugar de tratar las partículas subatómicas como los bloques fundamentales de la materia, nos dice que todo está hecho de cuerdas increíblemente diminutas que vibran. Según esta teoría, a medida que las cuerdas vibran, se tuercen y se pliegan, producen efectos en muchas y pequeñas dimensiones que los humanos interpretan como “la realidad”.
Desde partículas (protones, electrones, quarks.) hasta fenómenos a gran escala como la gravedad. Una cuerda de una longitud particular, que vibre en una escala particular y se pliegue de cierto modo, podría adquirir las propiedades de un fotón. Otra, doblada y vibrando con una frecuencia diferente podría desempeñar el papel de un quark, de un protón y así sucesivamente. La teoría de cuerdas es principalmente una teoría de la Gravedad Cuántica que combina elegantemente las teorías de la gravedad y la mecánica cuántica.
Los físicos llevan 100 años buscando una teoría de la gravedad cuántica pero la Gravedad se resiste a ser explicaba como partícula. Al predecir cómo se vería una hipotética partícula de gravedad (gravitón) e intentar calcular qué sucede cuando dos chocan, se obtiene una cantidad infinita de energía en un espacio pequeño; señal de que algo no funciona.
La Teoría de Cuerdas elimina la necesidad de partículas. Pero para que funcione todo esto, se debe hacer una suposición radical: vivimos en un universo no de 4 dimensiones, sino en uno de 10 dimensiones. Las dimensiones adicionales están tan plegadas que no las notamos. Estas dimensiones plegadas pueden llevarse a cabo de incontables formas diferentes: Cada una produciendo un espacio-tiempo diferente, lo que significa que la Teoría de Cuerdas puede predecir de manera realista un multiverso poblado por millardos de universos diferentes.
¿Se ha demostrado la Teoría de Cuerdas?
Ningún experimento ha demostrado definitivamente que sea la teoría fundamental de la naturaleza. Sin embargo, las ideas de la teoría de cuerdas han pasado innumerables pruebas teóricas y matemáticas, pero no obstante eso, todavía deriva una cantidad imposible de formas de plegar sus 6 dimensiones adicionales cada una ajustándose a las características que gobiernan la física de partículas, sin poder distinguir cuál es la correcta. Además, el comportamiento de las dimensiones adicionales se basa en una equivalencia entre partículas de fuerza (bosones) y partículas de materia (fermiones) llamada “Supersimetría”.
Pero al igual que con las “dimensiones adicionales”, no se ha podido observar la "Supersimetría". Por otra parte, no está claro que la Teoría de Cuerdas, incluso con su evolución: la “Teoría M”, pueda ser compatible con nuestra comprensión moderna de un universo en expansión, acelerado por la Energía Oscura. Y esto, es un defecto mayor.
Para 1995 había 5 Teorías de Cuerdas diferentes. Ese año Edward Witten presentó su "Teoría M" que las combinaba, junto con un intento de unificar la Relatividad y la Mecánica Cuántica: la "Supergravedad". La Teoría M. necesita 1 dimensión más; tiene lugar en 11 dimensiones, y Witten en un intento de aproximarlas unió las teorías a través de un corpus matemático llamado “dualidades”, que son equivalencias entre ellas.
Uno de sus primeros éxitos teóricos fue su capacidad para describir la entropía de los agujeros negros. Sin poder ver las profundidades impenetrables de un Agujero Negro, nadie podía saber qué partículas habría en su interior o su configuración. Pero, la configuración en cuerdas hipotéticas ha sido capaz de dar una posible explicación real del interior de los Agujeros Negros y no sólo una idea aproximada. Características como la expansión cosmológica y la falta aparente de “Supersimetría”: equivalencia entre partículas, podrían incorporarse algún día en versiones futuras, como también el novísimo campo en la Astronomía de Ondas Gravitacionales puede aportar nuevos datos sobre la Gravedad Cuántica. Se afirma que haber conectado ramas enteras de las matemáticas, utilizando el marco de la Teoría de Cuerdas para llegar la Teoría M, ha sido un gran avance para las ciencias matemáticas.
Y sólo por eso, aunque no se llegue a la Teoría del Todo, merece seguir siendo buscada sin descanso para asomarnos al horizonte luminoso de esa teoría de gran unificación de las fuerzas fundamentales del universo conocido, que haga posible la imposibilidad hasta ahora de traspasar la corporeidad en toda la extensión de la complejidad humana, por el umbral cerrado de esas dimensiones evanescentes del mundo de la virtualidad y de los sueños más allá de la tercera y cuarta dimensión, desplegando conscientemente así nuevas realidades a su interior, tal como lo vislumbraran los alquimistas e iniciados del pasado en aquellos imponentes y acompasados cortejos de hombres y mujeres rodeados de luz, dignos, místicos, eternos; engalanados con sus túnicas blancas y mandiles y armados con sus espadas flamígeras, mientras pronunciaban las palabras de pase para replegar el cerrojo de los guardianes (J:.B:.), en la antesala de las cámaras ocultas de pasos perdidos o de los susurrantes templos de misterios, y con esa su intención, imaginar y aproximarse a los rudimentos de esa otra realidad alinderada con la magia llamada por ellos “estado de Ginas”: esa tierra de gran unidad y redención perseguida durante siglos al mismo tiempo por alquimistas, iniciados y científicos como el santo grial de la física, para hacer posible la utopía de la que ya hablé en mi columna pasada, "A la vista, tiempos difíciles", como el sueño tal vez en la distancia futura de miles de años, de una humanidad ya redimida de una realidad ilusoria cargada con la pesadez de los lastres físicos y mentales creados por el Ego, y que esta vez, en parte vuelvo a reeditar a continuación, para que si es posible, quede sembrada más allá de su realización, como un recuerdo de esperanza para esta humanidad a punto de extinguirse:
“La energía necesaria para el sofisticado funcionamiento de esta prodigiosa tecnología es “auto contenida”. No proviene de ninguna parte y de todas partes al mismo tiempo, porque su fuente se origina en esas diminutas cuerdas que vibran en las profundidades inentendibles de las dimensiones más profundas de la estructura de la materia, por lo que no necesita ningún andamiaje tecnológico preconcebido ni mucho menos ningún combustible o materia prima para su creación”.
“En ese mismo “milagro” científico de auto construcción, de energía auto contenida que se eleva al ámbito mismo de la consciencia, y que se hizo posible cuando se pudo unificar en una misma formulación la fuerza de la gravedad con las otras tres fuerzas de la física: el electromagnetismo, la interacción fuerte y la interacción débil por la vía simple de desentrañar los secretos de la "gravedad cuántica", se guarda el secreto de su fuente inagotable e ilimitada de energía: La Inteligencia determinadora, propiedad fundamental de estos bosones primigenios, las llamadas "partículas de Dios", conducen todo el destino de una nueva creación con el accionar de estos dúctiles nano robots”.
“En el mundo sub atómico, estos Debas de la inteligencia creativa, son los portadores de la memoria de todo un universo que previamente colapsa por el decaimiento de su energía, y se precipita como consecuencia de eso hacia una “Singularidad”(vórtice de un agujero negro) cuando sobrepasa el límite de su “Horizonte de sucesos”, hasta entrar en la negación de la no existencia y de potencialidad pura en el insondable fondo de un campo unificado de todas las leyes conocidas, del que milagrosamente surge nuevamente a la manifestación en otra dimensión y en otro momento temprano del principio del tiempo con toda esa información contenida en esos bosones y taquiones, determinando así completa la vida y destino de un nuevo universo, o de multiversos tal vez”. (1)
Y toda esta utopía antes descrita, seguramente la ciencia logrará hacerla una realidad. Y lo hará cuando integre en un mismo corpus de entendimiento y formulación, la simetría excluyente y rigurosa de las ecuaciones matemáticas con la sutileza disonante de la intención del pensamiento y la fe e inspiración de la espiritualidad.
Y cuando algún día, allá en los abismos del más lejano futuro esto se haga posible y entremos físicamente a voluntad al ámbito de esos mundos virtuales, habremos abierto la puerta más allá de toda imaginación, a esas infinitas realidades ocultas al interior de los pliegues de esas diminutas cuerdas de esa "Teoría M" o del "Todo", que vibran en once dimensiones del espacio-tiempo y tal vez más. Y cuando eso suceda, comprenderemos más allá de cualquier duda, que este universo que habitamos y del cuál somos sus observadores, hace parte de un multiverso que se expande al interior de una de esas diminutas cuerdas que vibran, se tuercen y se pliegan en infinitas dimensiones que nosotros los humanos interpretamos como "realidad", y que a su vez, esta solo seria una cuerda más entre la constelación de las miríadas de ellas que paradójicamente componen este mismo universo en el que respiramos la vida. Y que ese concepto del "Todo" es desde siempre igual a la descripción de aquel creador que luego de crear el universo, entra él mismo en su propia su creación, para cerrar esa ecuación de unidad. Y ahí, en ese momento, nuestra consciencia ya expandida, podrá reconocerse a sí misma como tal, en la unidad misma del universo. Y por fin, ya con esa certeza, podremos iniciar el regreso a ese paraíso perdido del Edén, del que alguna vez salimos auto expulsados por el decaimiento de nuestra energía por la pérdida de pureza del pensamiento con el consecuente despunte de insatisfacciones, cuestionamientos, miedos y dudas, lo que nos hizo descender a esta dimensión tridimensional plagada de pesadas leyes y dualidades dominada por el Ego, por ese portal dimensional que afortunadamente siempre ha permanecido abierto en sentido contrario a la trascendencia, y por el que algún día como lo dice la vieja tradición, regresaremos al espacio de ese estado libre, evanescente y de realidades carentes de causa y efecto y por tanto colmado de felicidad absoluta de ese mítico "Jardín del Edén" o del Nirvana, de la mano como ya dijimos, de la ciencia y la espiritualidad.
¡Al fin y al cabo somos más que las espigas!
Saludo y reconocimiento en esto, a los antiguos "constructores" del conocimiento y la virtud: "los hijos de la viuda"; a los gnósticos, aquellos verdaderos cristianos primigenios; a los alquimistas, los iniciados del pasado, igual que a los cultores y seguidores de esa misma alquimia ya transmutada en ciencia, física teórica, mecánica cuántica y cosmología del presente; también a los Arquitectos de todos los tiempos y a los hombres libres, sobre todo de pensamiento, y naturalmente con mucha imaginación.
A todos ellos, ¡S:.F:.U:.!
Y por lo de antier en París y su soberbia carga de alegorías y simbolismos, ¡chapó!
Sharamatuna, en estos extraños días estivales pasados por agua del 2024
(1). Fragmento de mi columna: “A la vista tiempos difíciles”
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