Tiempo Circular. - Segundo fragmento: “Busintana, una propuesta para la COP16”

 Tiempo Circular.

Segundo fragmento: “Busintana, una propuesta para la COP16”

Por Rafael Gómez Llinás


Los Mamos advierten sobre la inminencia de la destrucción de la vida en la Montaña Sagrada y en el conjunto entero del planeta, como resultado de la acción antrópica de la cultura no-indígena, basada en la sustitución de lo natural por lo artificial, la extracción y saqueo de productos de la naturaleza, antes que su cultivo y cuidado. Esta conducta nos llevará a todos, advierten, a un cataclismo regional y planetario.

Este destino, sin embargo, puede evitarse. Si la civilización no–indígena, retorna la senda del respeto por las leyes y códigos ancestrales del cuidado y respeto de la Madre Naturaleza de manera superior a cómo se respeta a la propia Madre biológica, es posible salvar la Sierra Nevada, y, con ella, el planeta. De la misma forma como a ellos les fue entregada una ley de Origen, a los “hermanos menores”, a la civilización no- indígena, también les fueron entregados unos principios, unos valores que aplicar y un código de relaciones, su propia Ley de Origen.

La fuerza de sus raíces es el nuevo alimento que requieren compartir los ”hermanos mayores” con la sociedad no-indígena. Ellos se manifiestan dispuestos a compartir con la otra civilización, como un aporte para salvar a la vida en la Montaña Sagrada y a la Madre Seinekún, los valores fundamentales de su cultura para que se incorporen a la cosmovisión y a las costumbres de aquella otra civilización. El “hermano menor” entonces sabrá, aprenderá, como debe vivir, comenzando por amar y respetar a la Tierra Madre.

Quizá la respuesta a esto está a la vista, como todas las cosas de la civilización de la montaña sagrada. Hace algunas décadas, Mamo Apolinar Izquierdo (Guney Maku Maney Maku) advertía a su pueblo que, de seguir el desorden de la civilización no- indígena, de no seguirse practicando los “pagamentos” que ordenaba la tradición oral, el mundo entraría en franca decadencia. Entonces, “El sol no calentara, sino que quemara, al agua no refrescara, sino que inundara, el viento no acariciara, si no que asolara, y la tierra no será fértil, sino árida y estéril”: Memorias recogidas por el Mamo Menjabin.

Basta mirar las noticias del verano pasado en las tierras frías de Europa y Norteamérica, cuando se incendiaron los bosques y  fallecieron de calor los ancianos, para comprender que el tiempo ha llegado. Ya todos han hablado: los curas, los gobernantes, los políticos, los historiadores, los científicos, los técnicos, los literarios, los artistas, los soldados, los guerreros y hasta los cantautores. Cuando  se acerca el fin de la humanidad y otra se prepara para nacer, a los pueblos de la Sierra Nevada les corresponde el Ako´unu asuya: La última palabra, que será la primera del alumbramiento de una nueva civilización humana. El Abiti Businchari: Nuevo Amanecer de la humanidad que construirá, el mismo, sus propias palabras.

Los Mamos enseñan que el tiempo es un círculo, no una línea recta. El pasado, el presente y el futuro están conectados, son UNO solo, y nuestra acción en el presente puede sanar sucesos del pasado, y naturalmente crear un futuro mejor.  

El tiempo concebido por los Mamos, sugiere que se mueve en un ciclo en donde los eventos y experiencias se repiten en un patrón que se caracteriza por su recurrencia: El tiempo transcurre en círculos, sin principio ni final, los sucesos se repiten, todo está conectado y relacionado y no hay un comienzo ni un final. De tal manera que la existencia es eterna, cíclica y la historia y los eventos si no se desvían o se anulan con una clara intencionalidad precausal, siempre se repiten. La causa y el efecto están interconectados y el momento presente es la única realidad.

Los Mamos también nos enseñan que ese tiempo circular se puede observar en los ciclos naturales: el día, la noche, un nuevo día y las estaciones. En los ciclos de la vida: nacimiento, crecimiento, muerte y renacimiento. En los patrones históricos: épocas de expansión, contracción, desaparición y posterior surgimiento de civilizaciones enteras. O como en aquellos Manvantaras y Pralayas, esos inconmensurables ciclos Védicos de nacimiento, expansión, contracción, destrucción y renacimiento siempre del Universo en un nuevo Manvantara de la creación.

Siendo así, la reconciliación con esa intencionalidad precausal propuesta por los Mamos desde Busintana, Sierra Nevada de Santa Marta, el “Corazón del Mundo”, seguramente recompondrá en ese tiempo UNICO, resentimientos y daños por acciones del pasado incluida la distorsión histórica y la devastación ocasionada por la invasión Castellana, como también los estragos descontrolados infringidos a la naturaleza y la Biosfera del planeta en el presente, para que, en un nuevo amanecer, en esa repetición cíclica de ese tiempo circular, hechos dolorosos y destructivos como esos no vuelvan a ocurrir y podamos sobrevivir todos como especie humana y para siempre, en el destino de Seinekún, la madre Tierra.

                                 

Modelo tridimensional de ese Tiempo Circular. 
Fuente: “Brevísima Historia del Tiempo” (Cap. 5, pag. 36): Stephen W. Hawking.

“¿Qué es el tiempo?  ¿Es una corriente que fluye sin parar y se lleva nuestros sueños? ¿O es como una vía de ferrocarril?  Quizás tenga bucles y ramificaciones, y se pueda seguir avanzando y, aun así, regresar a alguna estación anterior”:  Stephen W. Hawking
Fuente: “El Universo en una Cascara de Nuez” de (Cap. 2, pág. 31)

La antigua profecía proferida por el mamo Serankua hace ya más de medio siglo en el "ritual de los cinco días" en la oscuridad sobrecogedora de la Kankurua de Makuoro en las alturas de Nabusimake como respuesta al interrogante de la posible extinción de la raza humana, hablaba con fuerza que de ninguna manera esta sería como consecuencia de la devastadora conflagración nuclear esperada, en una época en que la civilización era peligrosamente atravesada por la enorme tensión de la guerra fría, sino a manos del irrespeto del  "hermanito menor" a la madre Seinekún en un momento como ese en que ni siquiera esto era remotamente considerado por el desconocimiento todavía del cambio climático. 

Aún la palabra de esa profecía ronda viva en ese tiempo circular concebido por los Mamos, y resuena desde siempre una y otra vez en el hilo recurrente de una y otra vida ante nuestros ojos del presente, acompañada por la esperanza del remedio propuesto desde esa lejanía del pasado por el Mamo Serankua: “Solamente la unión, la síntesis, como fundamento de una gran reconciliación entre el conocimiento ancestral de los “hermanos mayores” y el gran refinamiento de la energía logrado por los “hermanos menores”  transformado en ciencia y tecnología, podrá crear esa única vía de salvación posible de la raza humana, para permanecer por siempre en el tiempo y destino de Seinekún, la Madre Tierra”.

Es hora ya de asumir ese bálsamo de reconciliación propuesto por los Mamos Busintanas de la Sierra Nevada de Santa Marta, antes de que sea demasiado tarde y el llamado  punto de NO retorno de esa extinción nos consuma a todos sin remedio posible, y, para siempre.

Sanar sucesos y acontecimientos en el presente, hará que sanen también en el pasado, tiempo que a su vez es el presente de un futuro, que no es sino el pasado de ese mismo presente. Todo se repite, pero también todo puede cambiar simultáneamente en todos los tiempos. Y para siempre.  

Bueno, hasta que haya otro cambio. Quizás.


 

Cali, Colombia, próximo al comienzo de la COP16 



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